Este próximo miércoles, 10 de junio, llega al pleno del Parlamento Europeo el TTIP, el tratado de libre comercio que se está negociando con EE.UU. Como de aquí a mañana queda poco tiempo, tanto para leer como para redactar, procuraré ser muy breve.
El TTIP podría ser muchas cosas que hasta el momento no es. Para empezar, el TTIP sería un buen tratado si propusiera un nuevo pacto global, no solo entre dos partes. Pero seamos prácticos. Creo que para saber si vamos en la buena dirección, o no, antes de que llegue el miércoles habría que volver a lo básico. Aparte de enmiendas de última hora y segundos, terceros y enésimos pactos que componen ese gran puzzle que es la política europea, trataría de considerar lo siguiente:
- En el estado actual de negociaciones, el documento que se debate, ¿servirá para tener MAYOR REGULACIÓN del capitalismo financiero global?
- Si se aprueba el documento actual del TTIP, ¿está demostrado de forma suficiente que creará más y mejores empleos de forma sostenible?
- ¿El TTIP refuerza el Modelo Social Europeo, sobre el que se crea la UE, o modifica algunas de las partes que siempre hemos considerado inmutables? ¿Estamos seguros de cuales son sus mínimos y máximos sobre el trabajo y la calidad de vida?
- Los grandes sindicatos de la Unión Europea y de Estados Unidos, ¿están de acuerdo con el TTIP?, ¿formarán parte en algún momento de las negociaciones?
Con que una sola de las respuestas a las anteriores preguntas sea NO, creo sinceramente que el voto en el Parlamento debería ser negativo. También hay que tener en cuenta que la referencia que tenemos actualmente en materia de derechos es el de la Europa de la austeridad, la Europa de después de la crisis. Para que este fuera un tratado aceptable tendría que proponerse unos indicadores también aceptables y cumplirlos, unos nuevos estándares en servicios y bienes públicos, en el sistema de salud pública (que ya se ha puesto en riesgo) y reforzar los pilares de la economía social.
Si esto, que es lo mínimo, no está dentro de las actuales perspectivas del TTIP, entonces hay que tumbarlo con todos los medios que tengamos a nuestro alcance. Si esa promesa de un incremento del 0,1% o del 0,5% del PIB pide reducir, por ejemplo, la protección de derechos o las regulaciones en Medio Ambiente que hasta ahora hemos conseguido, entonces el riesgo es demasiado grande.
Si la Comisión quiere un Tratado transatlántico tendrá que convencer a la opinión pública y a nuestros diputados, empezando por presentar un documento más completo y que contenga esos mínimos por los que todos nos preguntamos, siendo la mayoría de ellos los pilares fundacionales de la Unión Europea. Y hasta que ese día llegue muchos de nosotros diremos que NO.
Horacio Díez
Autor:
Horacio Díez
Comunicación y proyectos europeos. Funda la Asociación de Jóvenes Rigoberta Menchú tras el primer crimen de odio en Arganda del Rey. Secretario General del Consejo Federal de UEF España. Coordinador de PES Madrid. Desde noviembre de 2017 es Secretario de Organización de PSOE-Fuencarral.
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